Hsing-Yun, un monje budista chino, dijo que «Viajar es una forma de educación al aire libre, un medio de expandir nuestra visión y conocimiento del mundo.» Una actividad, sin duda, más interesante y atrayente que la investigación a distancia. Por tanto, para conocer de volcanes pasa una temporada en Grecia Real, uno de los mejores representantes de la gama de hoteles baratos en San Salvador y sus alrededores.
Cuando visites El Salvador, llamado el «país de los mil volcanes», descubrirás que uno de los lugares que no puedes dejar de conocer es el Parque Nacional El Boquerón, ubicado a 11 km de la ciudad capital y a 1800 msnm. Este es el hogar del San Salvador (o Quezaltepeque), una de las estructuras geológicas capaces de expulsar magma, fuego y azufre, más famosa y peligrosa de la nación. Y lo más fascinante es que todavía se encuentra activo.
La silueta del famoso volcán es visible desde diversos puntos de la metrópolis y sus alrededores. Su última explosión, la más devastadora hasta los momentos, ocurrió en junio de 1917 y duró casi 5 meses. Fue un proceso ralentizado, porque en el cráter se encontraba una laguna, que durante la primera etapa se calentó hasta hervir y evaporarse en su totalidad. Luego ocurrieron dos terremotos de magnitudes 6.5 y 6.4. Finalmente, se inició la erupción que destruyó la ciudad casi en su totalidad.
El hecho histórico se inició el 7 de junio, cuando se observó que el volcán emitía de manera continua materiales incandescentes acompañados de una columna de humo espeso. Al mismo tiempo, apareció una grieta desde la cual brotaba una generosa cantidad de lava. Esto duró hasta mediados de mes y mientras tanto la capa ardiente se extendió sobre una superficie de 12 kilómetros cuadrados. La laguna interna del Boquerón comenzó a ebullir el noveno día y en 20 días se evaporó en su totalidad.
A resultas de este hecho se originó un cono pequeño dentro del cráter original, llamado Boqueroncito, que todavía se puede observar desde uno de los miradores. Existe un registro visual del evento hecho por audaces fotógrafos que, con valor y coraje, arriesgaron sus vidas al captar incluso el instante de la erupción y los días subsiguientes, mientras se vaporizaba el agua. Las tomas posteriores también sirven como evidencia de la actividad volcánica. Para observar tales imágenes presiona aquí.
Durante el evento, aproximadamente un millar de personas perdieron la vida. El cráter descubierto al secarse la laguna quedó de un kilómetro y medio de diámetro y poco más de medio kilómetro de profundidad. En la actualidad, el área natural protegida El Boquerón tiene un clima fresco templado y se engalana con plantas ornamentales, entre las cuales destacan hortensias y begonias. La vida silvestre animal está representada por mamíferos como el armadillo, mapache, venado, zorro y más.
El colosal volcán Quezaltepeque tiene una superficie global de 110 km2 y presenta tres áreas principales: el punto más alto se denomina El Picacho (1960 msnm); luego está El Boquerón, que es la parte central o el cráter, propiamente dicho, a 1839 msnm; y, por último, El Jabalí, al noreste del anterior y a 1397 msnm. En los alrededores existen pequeñas aberturas inactivas, algunas de ellas son Laguneta, Los Chintos, Puerta de la Laguna, El Playón, etc.
El Parque Nacional El Boquerón se inauguró en el año 2008 con senderos transitables y seguros, bien señalizados, que permiten a los turistas llegar a cada uno de los cuatro miradores. Desde allí observarás el cráter y las hermosas vistas de las zonas vecinas. A la entrada se encuentra el Centro Interpretativo que es un museo con registros fotográficos, videos y restos tomados después de la erupción de 1917. La subida hasta la cima no es demasiado exigente y, por tanto, resulta apta para cualquiera.
En el primer mirador es posible observar a satisfacción la majestuosidad de El Boquerón. Asimismo, suele haber un puesto de venta de frutas y comidas para reponer las energías disipadas durante el escalamiento. ¿Listo para conocer el gigante dormido? En nuestro Hotel Grecia Real te proveemos de camas confortables, de modo que descanses bien y despiertes con buen ánimo; y así, con el desayuno tipo buffet, obsequio de la casa, estarás listo para la interesante excursión.
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